Entre mas débiles, más fuertes

El Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad del cuerpo, pero es obvio que el apóstol se refiere a debilidades espirituales pues pone como ejemplo que ni siquiera sabemos qué orar.
Nuestro gran problema es que no reconocemos nuestra debilidad. Si no reconocemos nuestra debilidad, no vamos a depender de Dios. En nuestro orgullo pensamos que podemos vivir sin la ayuda del Espíritu. Pero la verdad es que sin Su ayuda, no podemos hacer nada!