La Autoridad Suprema de la Biblia

La Biblia nos desafía a creer lo que ella dice de si misma, que ella es la autoridad máxima. Ella se autentica a si misma y no puede ser de otra manera pues no recibe su autoridad de hombres ni instituciones. Ella es la Palabra de Dios y hay autoridad más grande que eso. Nosotros podemos creer o rechazar esa autoridad pero los que la rechazan tendrán que dar cuenta por su rechazo. Hebreos 4.12-13 describe la autoridad de la Escritura mostrándonos que ella es poderosa, es útil, es divina y un día nos va a juzgar. Ella convence, convierte, aterroriza y consuela; ella es útil para defenderse y para atacar a los enemigos de la verdad y de nuestra vida espiritual; ella es divina pues el Verbo se hizo carne para ratificarla de modo que cuando la leemos o la escuchamos es Dios quien nos habla; ella nos juzga y no nosotros a ella, juzga a los que la oyen y a los que la predican y por eso tememos que acercarnos a ella con reverencia y sujeción. No hay autoridad mas grande que la de la Biblia, la Palabra de Dios.