Dios y las Naciones, Parte I

Dios y las Naciones, Parte I
Deuteronomio 2

No hay nada fuera del sabio y poderoso control de Dios en la historia y las circunstancias, sean políticas, militares, económicas, culturales, nacionales o internacionales. Dios es el Rey de reyes y el Señor de señores y como tal gobierna y juzga a cada nación y sus gobernantes según su tiempo y su sabio decreto.

Por eso, en Deuteronomio 2 vemos que le prohibió a Israel, en su camino a Canaán, que invadiera a Edom (descendientes de Esaú), a Amón y a Moab (descendientes de Lot) pues la tierra que ellas poseían Él se les había dado. Desde Génesis a Apocalipsis Dios es visto controlando la historia y el destino de las naciones y por eso nuestra esperanza nunca debe estar en los líderes humanos o circunstancias temporales sino en aquél que desde Su trono gobierna estas cosas.