Qué no es la Justificación

¿Qué es la justificación? Es la defensa del pecador, la esperanza del impío, la única razón aceptable para entrar al cielo y tener vida eterna. La justificación es la única arma eficaz contra la acusación de nuestra conciencia, de la ley y de Satanás, es el único remedio contra la contaminación del pecado. Es tan poderosa que convirtió a Abraham en el padre de la fe cuando “creyó a Dios y le fue contado por justicia” e hizo exclamar a David: “bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado.” Por ella los justificados tenemos paz con Dios y ya no hay condenación contra nosotros; por ella los justificados podemos exclamar: ¿Quién nos acusara? ¿Quién nos condenara? ¿Quién nos separara de Cristo? Y la respuesta es nada ni nadie.

Si la justificación es tan bendita y maravillosa; si es la esencia del evangelio y el poder de Dios para salvación, ¿Por qué no se predica de ella? ¿Por qué los predicadores siguen insistiendo que lo más grande del evangelio es la prosperidad, los milagros, la paz interna, el gozo y las cosas terrenales?

En este mensaje, a fin de aclarar la justificación, aprendemos lo que no es la justificación:
No es que la ley de Dios es hecha a un lado y ya no tiene vigencia. No es perdón solamente. No es la transformación del creyente que de injusto se convierte interna y literalmente en justo. Mucho menos es el resultado de la justicia lograda por el hombre por sus propios esfuerzos.