Si somos honestos reconoceremos que todos tenemos problemas con la codicia. Este pecado es de ricos, clase media y pobres. Continuando con el estudio de este mandamiento, ahora se presentará la prevención de la codicia, ¿cómo podemos resolver este problema? Finalmente al confesar la falta a este mandamiento, reconocemos la necesidad de Cristo como el único Salvador, Él nos perdona y nos ayuda a vencer este pecado.